lunes, 2 de septiembre de 2019

El Taiji es mejor que el ejercicio aeróbico para el dolor crónico

  • Un estudio refleja los beneficios que tiene este arte marcial para las personas que padecen fibromialgia.
  • Los participantes del programa no manifestaron eventos adversos graves.

Investigadores de la Universidad de Tufts en Boston (Estados Unidos) han descubierto que el Taiji aporta beneficios similares e incluso superiores que el ejercicio aeróbico a aquellos afectados que presentan dolor crónico o fibromialgia, tal y como se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista British Medical Journal (BMJ).

En él, los investigadores ponen de manifiesto la necesidad de reconsiderar qué tipo de ejercicio es más efectivo para estos pacientes. En el caso de la fibromialgia, que afecta a un 2-4 por ciento de la población, se caracteriza por un dolor corporal generalizado que también puede causar cansancio, rigidez muscular, problemas para dormir o depresión.

Actualmente, el ejercicio aeróbico se aconseja como tratamiento estándar para pacientes con dolor crónico, pero a muchos de ellos les resulta difícil cumplir con tales recomendaciones por la fluctuación e intensidad de sus síntomas. Y, aunque algunos ensayos habían sugerido que el Taiji alivia el dolor y mejora la salud física y mental en pacientes con fibromialgia, los investigadores argumentaban la necesidad de llevar a cabo ensayos más amplios y rigurosos que confirmaran tales beneficios.

Puntuación de los síntomas físicos y psicológicos.

Con ese objetivo, los investigadores de Tufts evaluaron a 226 pacientes con fibromialgia que no habían participado en ningún programa de Taiji u otro tipo de terapia alternativa en los últimos 6 meses. Los participantes tenían una edad media de 52 años, el 92 por ciento eran mujeres, el 61 por ciento eran de raza blanca y de media llevaban 9 años con dolor.

Los participantes tenían una edad media de 52 años y el 92% eran mujeres.

Al inicio del estudio completaron un cuestionario para conocer el impacto de la fibromialgia (FIQR), en el que se puntúan los síntomas físicos y psicológicos de la enfermedad, así como la intensidad del dolor, la función física, el cansancio, la depresión, la ansiedad y el bienestar general.

Luego, los participantes fueron asignados de forma aleatoria a completar un programa de ejercicio aeróbico supervisado, dos veces por semana durante 24 semanas, o cuatro programas distintos de Taiji, con una o dos sesiones semanales durante 12 o 24 semanas.

Los cambios en las puntuaciones de la sintomatología se evaluaron a las 12, 24 y 52 semanas, mientras que durante el estudio permitieron a los participantes continuar con su medicación habitual.

Más mejoras que en ejercicio aeróbico.

Las puntuaciones en el cuestionario FIQR mejoraron en los 5 grupos de tratamiento y en cada evaluación, pero los participantes que hicieron Taiji mejoraron significativamente más que el grupo de ejercicio aeróbico después de 24 semanas. Además, el Taiji también mostró un mayor beneficio en comparación con el ejercicio aeróbico cuando se hacía con la misma intensidad y duración (dos veces por semana durante 24 semanas).

Los que participaron en los programas de Taiji durante 24 semanas mostraron mejoras mayores que los que lo recibieron durante 12 semanas, pero en cambio no hubo un aumento significativo del beneficio en aquellos que hicieron Taiji dos veces por semana, frente a los que lo hicieron solo una. Además, los efectos del Taiji fueron consistentes en todos los casos y no se informaron eventos adversos graves relacionados con su práctica.

Pese al hallazgo, los investigadores apuntan a varias limitaciones de estudio, como el hecho de que los participantes supieran que el programa en el que ellos participaban era distinto al que asistían otros pacientes que ellos conocían, lo que pudo influir en su valoración de los síntomas a medida que avanzaban.

"El tratamiento mente-cuerpo que ofrece el Taiji puede considerarse una opción terapéutica en el tratamiento multidisciplinario de la fibromialgia", concluyen los autores.

FUENTE: Redacción Médica (02 ABRIL 2018)