COLOMBIA PÁEZ - 07/22/2014
9:22 PM
El maestro se paró frente al grupo y con movimientos suaves y rítmicos
inició una clase en la que la imaginación permitía tocar las nubes, volar como
mariposas y hasta acariciar un caballo. Los niños aprendieron entonces que
estaban frente a una antigua disciplina que ahora formaría parte de su rutina
diaria y serviría para aliviar los dolores en las articulaciones.
Esta es una nueva herramienta para ayudar a niños que padecen de artritis y
que asisten a un campamento de verano destinado a que estos pequeños pacientes
del Miami Children’s Hospital tengan una alternativa distinta y natural para
manejar el padecimiento. Si bien este no tiene cura, se puede evitar su
progresión.
“El Taiji ayuda de forma directa a quienes padecen artritis porque
aumenta la flexibilidad, disminuye el dolor provocado por la enfermedad,
fortalece los músculos y ayuda a enfocar la mente con el cuerpo, además alivia
el dolor en las articulaciones al hacer ciertos movimientos y estiramientos y
está comprobado que es una práctica beneficiosa para otras enfermedades como la
fibromialgia, ansiedad, depresión y disturbios del sueño. Sirve especialmente
para aliviar dolores crónicos y condiciones relacionadas con el estrés”,
explica el Shifu Tony García, experto en esta disciplina y quien se ha
vinculado a este campamento de verano del hospital infantil.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, un amplio estudio
sugiere que la práctica del Taiji produce efectos positivos al mejorar el
dolor y la discapacidad entre quienes padecen artritis.
García añade que el Taiji mejora además la condición física en general,
la coordinación y la agilidad.
“Las personas que practican regularmente el Taiji tienen una mejor
postura, mayor flexibilidad, amplitud de movimiento y son más alertas
mentalmente”, apunta, añadiendo que por consiguiente ayuda a dormir más
profundamente en la noche.
El Taiji se considera también como una medida preventiva y una terapia
complementaria para una amplia gama de padecimientos, puesto que también es
beneficioso para el sistema inmunológico y el nervioso central. La respiración
profunda del Taiji regula el sistema respiratorio, ayudando a tratar
enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis y el enfisema. También
estimula el abdomen, lo que ayuda a una mejor digestión aliviando el
estreñimiento y las enfermedades gastrointestinales.
Con este nuevo conocimiento, voluntarios como Matthew Ridge, un antiguo
paciente cuya artritis se encuentra en remisión, ayuda también a dirigir a los
pequeños en sus ejercicios y actividades diarias. “Ahora tengo 20 años, pero la
artritis me la detectaron a los ocho, y me gusta ayudar en este campamento de
verano porque aquí ellos se sienten tranquilos, no se sienten diferentes a los
otros niños, pues cuando uno tiene artritis el dolor tiene otro color, tiene
otro significado y afecta física y emocionalmente, por eso estas clases son tan
importantes”, asegura.
Tratar de curar esos dolores o saber cómo manejarlos ha sido la tarea del
fundador y auspiciador de estos campamentos de verano, el doctor Rafael Rivas
Chacón, director del Centro de Reumatología del Miami Children’s Hospital,
quien asegura que para los niños y jóvenes el campamento es una gran
oportunidad.
“Allí no solamente socializan y se enteran de que hay más muchachos como
ellos, sino que se relacionan con voluntarios que han pasado por lo mismo”,
señala Rivas, explicando que la artritis es una enfermedad causada por la
inflamación de las articulaciones, lo cual ocasiona dolor, inflamación, rigidez
y puede llevar a pérdida de movimiento.
Según estadísticas de los organismos de salud, cerca de 294,000 niños de
entre 16 a 18 años son afectados por esta condición y por otros padecimientos
reumáticos.
“Es importante que los padres adviertan las señales de alerta, tales como
rigidez y dolor persistente en las articulaciones de las manos, pies y
rodillas, especialmente en las mañanas; cojera, fiebre alta, sarpullido,
inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello y otras zonas del cuerpo”,
indica Ivette Carballosa-Hernández, médico asistente del Centro de Reumatología
del MCH.
Como el movimiento es algo fundamental para estos pequeños pacientes “el
campamento también les ofrece nadar con delfines, nadar en la piscina y no
sentirse solos con su condición, pues así comparten con otros niños iguales a
ellos y aprenden a convivir con la artritis al tiempo que desarrollan
habilidades para la vida”, concluye Rivas Chacón.
FUENTE: El Nuevo Herald